EDITORIAL
Se han escrito tantas maneras de definir la moda o lo que representa, que es difícil decidirse por un texto que te vista correctamente para abrir estas páginas.
Imaginemos que estamos en una pasarela, detrás de una cortina y comienza el desfile, pero esta vez tenemos un traje distinto en el cuerpo, una prenda tejida sólo con la palabra el pensamiento y la imagen desde una revista de poesía.
Christian Dior decía que el modisto no es un paisajista, que su creación se parece más a la expresión poética, reflexión que nos hace cómplices en este Litoral que reivindicamos el arte de lo efímero.
Hay muchas cosas que nos fascinan en un determinado periodo de tiempo y que marcan estilo, y cuando hay un estilo establecido en la calle, hay moda. Este termino apareció por primera vez en la literatura en 1641 en un texto de Luis Vélez de Guevara que decía : tras un postillón, dos caballeros soldados vestidos a la moda…desde entonces y antes, alejémonos a 3.000 a.C, ya existían los creadores de estilo, esos seres que vistieron con cierto arte la desnudez del ser humano, desde el harapo hasta el frac, pasando por gorgueras, miriñaques, americanas, vaqueros trajes sastres o camisetas.
La moda está en el aire, la trae el viento, se la presiente, se la respira, esta en el cielo y en las calles, nace de las ideas de las costumbres de las noticias… decía Coco Chanel la gran dama de la alta costura, un texto que si lo desenvolvemos podría muy bien vestirnos y definir exactamente nuestro cometido, porque la poesía y el arte, al igual que la moda, también nacen de las ideas y estas también se presienten y respiran en el aire
La moda, como volvía a decir Chanel, reivindica el derecho individual de valorar lo efímero, lo pasajero, lo que se va. Todo lo que está de moda pasa de moda, pero la desnudez seguirá intacta como al principio del mundo, puntualiza en un poema José Emilio Pacheco.
El arte y los creadores de moda siempre se han encontrado, algunas veces apasionadamente, Elsa Schiaparelli con Salvador Dalí, Yves Saint Laurent con Piet Mondrian, Louis Vuitton con Yajoi Kusama, muchas obras reflejan a lo largo de la historia ese romance íntimo que existe entre ambas diciplinas y que decir de los fotógrafos, las revistas de moda y las modelos, también grandes protasgonistas de esta historia.
Charles Frederick Worth fue el primero que firmo sus diseños como obras de arte, mas tarde los grandes museos del mundo dedican grandes exposiciones a reconocidos modistos como Balenciaga o McQueen.
Pero quizás sea Saint Laurent el que mejor haya vestido a la mujer, al decir que la prenda más bella que puede llevar son los brazos del hombre que ama. Esperemos que eso nunca pase de moda.
LORENZO SAVAL